UN  MAESTRO  IGNORADO POR  SUS ESTUDIANTES

El profesor que me daba filosofía en grado décimo, era un profesor que no tenía autoridad para manejar el grupo, no explicaba  bien los temas y finalizaba creyendo que los estudiantes entendíamos, sus clases se volvieron monótonas, al llegar  a la clase a leer de una forma que  nos hacia  dormir, en grupos realizábamos los talleres de la guía, en casa cumplíamos con  las tareas que en las mismas  estaban planteadas.

El profesor siempre fue  ignorado por  sus estudiantes, le faltó autoridad  y ganarse el respeto  en sus clases, a tal punto que sus estudiantes lo trataban como un compañero más. Un día al llegar el  profesor a dictar la clase nos encontró acostados en los puestos   en disposición de no atender  a esta. Sin tener autoridad lo único que hizo fue cantar y salirse del salón dejándonos  hacer lo que queríamos. No es de los mejores profesores que he tenido, porque  en sus clases no había diferencia entre  profesor y estudiantes.